EMMA VILLA POESÍA

AMOXOAQUES, GUARDIANES DE LA TIERRA

Cantan los guardianes de la tierra

yo no sé lo que cantan,

pero día, tarde y noche ellos cantan.

El sol los pule, la tarde los embriaga.

Toda la noche danzan y beben de la luna.

Agitan sus cabelleras, extienden sus brazos de aire.

Mientras sus hojas gotean de luz.

Los Amoxoaques cantan sin tener garganta.

Los guardianes esclavizados están,

y sin jaula alguna libres no son.

Los Amoxoaques danzan,

caminan en círculos sagrados.

Entonces la luz parece que cae del cielo,

o nace de la tierra y les incendia el alma.

En su intento por apagarse, extienden sus alas,

pretenden volar como pájaros pero la tierra los amarra.

Los hombres y mujeres de madera gorjean,

claman la lluvia.

El cielo cierra sus ojos, nadie los escucha,

ellos chirrían, gritan su dolor.

Los Amoxoaques, se prenden,

con júbilo revientan de sol

y cantan toda la noche,

les nacen lenguas de fuego,

les crecen alas, el árbol gorjea, grita.

Entre luces de colores, confetis y serpentinas,

se aviva el fogón.

La lluvia cae pero no es suficiente.

Los Amoxoaques cantan su canción,

se abrazan a la madre tierra

y lloran desconsoladamente,

después, se vuelven carbón.

Sus ojillos rojos, parpadean,

miran el bosque.

Ya casi inertes, se acuestan en el regazo

de su madre y duermen

hasta convertirse en cenizas.

I

Ayer pasos,

acumulación de huellas.

Las palabras

copa donde nace el vientre del mundo

dirigido a Tonanzin.

II

Voces:

música de viento,

miradas de los dioses,

al unísono

se ahoga un tam, tam en estampida,

pieles rojas, blancas, negras, amarillas…

son viento sobre viento.

III

Ya jaguar,

ya viento,

serpiente

entre soles y lunas,

el follaje te adorna

y en bocanadas de humo

se alimenta el espíritu

que ixtle

surca el cielo más alto.

IV

Respiradero del monte,

hojas:

barca del viento,

garganta que imanta la lluvia.

V

Arena de playa,

ojos de ámbar, esmeralda

turquesa o jade.

Arcoiris tu pensamiento.

Con júbilo revientas el templo

de crisoles,

néctar tu piel y el vino tu cuerpo.

VI

Jaguar

           Venado

                         Serpiente

haz renacer la montaña

donde habitó el sol

fragmentando el universo.

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