ANA BERTHA BARDALES ENSAYO

Entre jirones de fuego

Escrito por Ana Bertha Bardales

Las ruinas circulares es un cuento de Jorge Luis Borges que con la descripción minuciosa de todo lo que hay, lo que acontece y lo que el personaje siente en cada momento construye una narración fluida y dinámica que nos pone delante de un enigma que logra lo que todo escritor busca en sus obras literarias: atrapar desde el principio al lector. De este modo, en el primer párrafo sólo podemos vislumbrar a un hombre náufrago o, por mejor decirlo, forastero que llega a un lugar que bien podría ser la antigua Persia (según nos comenta Flora Botton Burlá), por hallarse en uno de los tantos recintos circulares (templos) que hay y que han terminado destruidos por el fuego.

Se nos sugiere que él no está ahí por casualidad sino para cumplir un propósito que solamente se puede llevar a cabo mediante el sueño.

Como nos lo indica la autora Flora Botton: «el misterio es esencial para que se presente el sentimiento de lo fantástico».

En esta narración, ese sentimiento es un elemento  fundamental: «[…] si alguien le hubiera preguntado su propio nombre o cualquier rasgo de su vida anterior, no habría acertado a responder».

Importante es la cuestión de que el relato esté contado por un narrador en tercera persona porque nos da una focalización externa desde la cual nos narra de manera tranquila y objetiva, manteniéndose alejado de lo que pasa, pero siendo testigo de todo.

Precisamente la estructura de este cuento fantástico es la que nos introduce en un tiempo confuso y a la vez certero, lo primero en cuanto a que todo ocurre durante un sueño y lo segundo porque nos hace creer que sí ha transcurrido un periodo largo. Un tiempo indeterminado que acaso se vuelve una eternidad.

Es interesante cómo el escritor decide dejar unos pocos renglones para que por primera vez nos hable el personaje. Y es justamente este pensamiento corto un punto clave del que se puede desprender la desgracia en la cual el propio personaje caerá: «Ahora estaré con mi hijo […] El hijo que he engendrado me espera y no existirá si no voy». Esto nos deja entrever cómo el personaje principal, que también es un mago sin nombre, va formando a su hijo por medio de la imaginación para así dar vida a una sombra que jamás habría de saber que no tenía existencia propia.

«No ser un hombre, ser la proyección del sueño de otro hombre ¡qué humillación incomparable, qué vértigo!»

Como se nos dice del modernismo en el libro intitulado Antología del modernismo: «La originalidad consiste en crear lo inesperado con la materia de lo existente».

Borges es el escritor que, con maestría, se atreve a mostrar lo despiadada que puede ser la vida cuando pone frente a nosotros el problema de la identidad y realidad propias, al desvelarnos el hecho de que aquel que se cree el soñador vivirá la misma tragedia de la que se creía libre.

Así, envuelto en llamas, se da cuenta de que él mismo cayó en el engaño de estar vivo; por el fuego descubre quién es en realidad: él también es parte de la fantasía de otro soñador.

Las ruinas del santuario del dios del fuego fueron destruidas por el fuego. En un alba sin pájaros el mago vio cernirse contra los muros el incendio concéntrico. Por un instante, pensó refugiarse en las aguas, pero luego comprendió que la muerte venía a coronar su vejez y a absolverlo de sus trabajos. Caminó contra los jirones de fuego. Estos no mordieron su carne, estos lo acariciaron y lo inundaron sin calor y sin combustión. Con alivio, con humillación, con terror, comprendió que él también era una apariencia, que otro estaba soñándolo.

Borges, Jorge Luis. Las ruinas circulares. <www.ciudadseva.com/textos/cuentos/esp/borges/ruinas.htm>

Botton Burlá, Flora. Los juegos fantásticos. México: UNAM, 1983.

Pacheco, José Emilio. Antología del modernismo. México: UNAM-Ediciones ERA, 1999.

Modernidad y postmodernidad. Compilado por Josep Picó. 4ª reimp. España: Alianza Editorial, 2002.

Deja un comentario